TU Y YO
Eran las horas de la tarde, lo sabía por que el sol agigantado por aquellas horas vespertinas se había tornado anaranjado y empezaba a descolgarse verticalmente hacia su tumba en el océano. Las gaviotas peleaban por la comida que los niños les arrojaban desde la playa y tu, tomada de mi mano, sonreías confiada y feliz; hablabas pero tu voz acallada por las olas apénas si llegaba a mis oídos y además....era tan feliz que todos mis sentidos estaban ocupados en amarte.
Te dije que estaba feliz de que estuvieras conmigo, que habías hecho realidad mi más hermoso sueño y te pedí, con la voz y la mirada, que nunca te alejaras de mi. Tomaste mis manos entre las tuyas, me miraste directamente a los ojos y luego me besaste; yo sentí que ese sol inmenso que nos alumbraba, se descolgaba para meterse dentro de mi pecho e incendiarme desde dentro, sentí que graznidos, olas y bullicio se conjugaban perfectamente para convertirse en una sóla y bellísima melodía. Supe entonces que toda mi vida estaba justificada con ese maravilloso momento que me convertía de mísero mortal en un Dios de pasión y amor. Te apreté entre mis brazos queriendo fundir mi cuerpo con tu cuerpo; me miré en tus ojos queriendo quedarme dentro de ese lago transparente que existe en tu mirada, pero no pude..... Un ruido me despertó del sueño y tu adorada imagen se esfumó como humo entre mis manos, cerré los ojos queriendo regresar al sueño pero fue inútil el momento maravilloso había pasado y sólo me quedaba el placer de recordarlo.
Eso fue ayer y hoy que evoco las escenas de ese sueño siento que elgún plano existencial nuestras almas se encontraron y que en aquel atardecer y en aquella playa fui tuyo, fuiste mía; pero lo mas hermoso es, que ambos nos amamos.
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