PARA PIERINA



Quería escribir para ti algo glorioso
digno de tu memoria y mi respeto
pero finalmente lo que escribo
es tan sencillo y tan escueto
que sólo puede perdonarse
por ser fruto de aquel puro sentimiento
que un día en el camino compartimos.


Tu ya no estás; yo aún estoy vivo
pero de aquel amor que nos tuvimos
me dejaste un hijo muy hermoso
que mantiene latente tu recuerdo.
y ha hecho de mi, padre orgulloso.

Fuiste una gran mujer, no hay quien lo dude
alegre, sincera, ordenada y generosa
con tus padres, hija agradecida
con tus hermanos, leal y compartida
esposa fiel, madre amorosa....
tal vez por eso Dios te cortó de este jardín
para llevarte al cielo convertida en una rosa.

Pierina, perdona que haya interrumpido tu descanso
pero quería decir de ti lo que ya dije,
ahora puedes volver al coro del señor
y si tienes ocasión de hablar con Dios
ruégale por nuestro hijo y por favor
que siembre en mi corazón avejentado
abundantes semillas de paciencia
y que llene esta soledad en que has dejado
con la más grande cosecha del amor.

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