MODORRA
La tarde muere, el sol declina
y es en estas hora en que el universo cabecea,
los versos bostezan ante esta modorra que asesina
pero yo no quiero sucumbir y escribo lo que sea
a fin de no dejar dormir al alma
y dejar que me haga suyo la rutina;
canto, hago ruido huye la calma
y los versos saltan sobre los pliegues de las rimas
y juegan sobre la rayuela del cuaderno
como almas que caminan a lo eterno
alejadas ya del sendero del infierno.
Y no importa ya en lo que crea
porque los versos ya despiertos
han formado un ejercito de letras
y estan prestos a enfrentar en la batalla
al batallón racional de las ideas.
Vaya! creo que por fin lo he conseguido
pasó la hara letal y estoy aún vivo
no importa si fue malo o no fue bello
mi alma y mi cuerpo no han dormido
y yo pongo punto final en lo que escribo.
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