TONTO

Esto me lo contó una amiga el dia de ayer. Estaba más extraña que de costumbre, porqué mi amiga en verdad que lo es, lo de extraña digo. Me dijo que quería mi consejo y eso de por sí ya era extraño porqué jamás hace caso de aquello que le digo, en fin......la escuché en silencio para tratar de entender que era aquello que tanto la inquietaba y la miré a los ojos para saber si aquello que decía era verdad o me engañaba. Me contó de un hombre extraño que había logrado inquietarla " Es un hombre nada bello, yo diría que hasta feo" fueron sus primeras palabras, luego continuó.." Pero hay tanta dulzura en su mirada, tanta fuerza en sus palabras ,no, no, no, sé que dirás que estoy enamorada pero no, ese hombre no es mi tipo y además ¡te juro! Su pasividad saca de quicio! Yo pensaba que podría ser lástima quizá, pero tampoco, ese hombre tiene fuego en la mirada y si lo dejan, creo que serìa capaz de callar al mar con sus palabras". Yo la dejaba hablar y en verdad que era muy extraño el brillo en su mirada; es bella mi amiga y tiene fuerza en su caracter, no es de aquellas a las que vence el poder seductor de una mirada o la miel sutil de una palabra; estaba acalorada, febril y con ese brillo en los ojos y en la boca que sólo pone la pasión, cuando nos toca. Terminó de hablar y con los ojos llorosos me preguntó que si yo podía definir el sentimiento que sacudía su alma al influjo de enormes y encontrados sentimientos, la miré a los ojos y le pedí que se sentara, respiré, traté de poner en orden mis ideas y después con mucha calma le expresé lo que pensaba. Para mí ella estaba fascinada con el alma de ese hombre, enamorada no, fascinada, y el hecho de que sus ojos no miraran lo que su alma adivinaba, la irritaba. Qué si podía aconsejarla? la verdad que era algo muy difícil, lo suyo era un caso especial del corazón y en el de ella, ella mandaba; Me dijo que se iba, que necesitaba estar sola por un tiempo y yo le dije que me parecía que su decisión era, para mí, muy acertada. Me miró me dió un beso en los labios y llorando se marchó; recién caí en la cuenta de que el hombre del que hablaba, ese tonto sin belleza que tenía el amor frente a sí sin darse cuenta, ese tonto.....era Yo.  

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