SIEMPRE AMOR


Y cerré mis ojos para que soñaras
Este sueño mío que es el alimento
con que se sostienen toditos mis días
y callé mis labios para que escucharas
el eco pausado de mis besos tibios
guardianes eternos de este sentimiento
que nació con dueña, que lleva tu nombre.

Y abrí mis manos para liberarte,
para que supieras que más de una vida
me ha costado hallarte
y que estando cerca o marchando lejos
ni mi débil cuerpo ni mi alma herida
han pensado nunca en dejar de amarte.

Volví mis pasos al camino andado;
te dejé sola para que escogieras;
y mientras marchabas hacia tu futuro
mis labios, mi alma y mi corazón
rogaban al cielo, en una oración
que nunca, nunca, nunca
tú de mi de mi te fueras.

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