Las tres de la mañana y aún no duermo
tratando de olvidar esta pena que me mata,
terca está la pluma en mi cuaderno
pues no encuentro un solo verso
que en esta noche tan oscura, tan ingrata
pueda por fin rimar con mi dolor.
Me he sentido nuevamente como un niño
en esta hora tan larga y sin color
que es una daga esta ausencia de cariño
y siento la falta de mi padre y de su amor;
el que supo de mi amor de quinceañero,
el que leyó de mis versos el primero
El me hace falta en esta noche
para reclinar en su hombro mi dolor.
Sonrío al recordar aquellas flores
que mi novia recibió de parte mía
junto con unos versos que hice un día
adornados con corazones de colores
y que yo dejé olvidados en la mesa
de donde luego mi padre los tomó
Hoy el alma de mi padre yo convoco
pues no es herida del cuerpo lo que tengo
sino un disparo de desamor al corazón,
ven padre mío que ya estoy casi loco
ven, necesito como antes tus consejos;
ven mi ángel protector, que poco a poco
de la felicidad me hallo más lejos
y me esta matando esta falta de razón,
ven porque ya me canso de esperarte
o dime por favor donde tengo que buscarte.
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