Hablar de las mujeres no es difícil
y menos en un día como hoy.
Hoy el mundo les contempla de rodillas
y les entrega agradecido alguna flor;
ellas además de ser maestras de cariño
son las portadoras indiscutibles del amor
y no existe ser humano aquí en la tierra
que no haya nacido de vientre de mujer.
Son nuestras guías a lo largo del camino,
ángeles desde el momento de nacer;
sabias maestras que desde niños nos entrenan
en el difícil y misterioso tema del querer
de ellas nacemos y también vamos a ellas
Nuestro Dios por esa razón las hizo bellas
y cuando comparten con nosotros un destino
y nos brindan su entrega, su calor y su pasión
llenan cualquier cielo oscuro con estrellas
convirtiéndose en absolutas soberanas
del a veces terco y desconfiado corazón.
A ellas debemos tratarlas con cariño;
devolverles lo que recibimos siendo niños
y si por alguna razón te sientes ofendido
no te dejes nunca cegar por la pasión,
deja que el tiempo sabio traiga olvido
y nunca pagues el desamor con tu traición;
seamos dioses y perdonemos los errores
para tener también derecho a ese perdón
y no olvidemos que las mujeres son las flores
con las que Dios llenó nuestro jardín
Ante ellas mi corazón yo siempre rindo
y hoy que se presenta la ocasión
alzo mi copa mujer, por tí yo brindo
y humildemente te ofrezco en estos versos
las disculpas por el hombre que te ofende
y mis flores en que se han convertido los latidos
te las envío desde mi cansado, torpe y poeta corazón.
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