NIÑO Y HOMBRE
Ayer por la noche oí que lloraba
el niño que duerme muy dentro de mi,
se acordó del perro que lo acompañaba
como fiel amigo, para todos lados,
de aquella cometa que alto volaba;
de su muerta abuela y de su cariño
y también del verso que escribió a la luna
en aquella noche que olvidó sus rezos
y estando muy solo descubrió sus miedos.
Lo sentí en mi pecho y lloré sus lágrimas
y le di un abrazo desde mis recuerdos
besando su frente tan llena de sueños,
oyendo ese pecho que pese a ser tierno
ya engendraba versos en cada latido
e inventaba historias de hadas y duendes
cuando estaba solo.. y también dormido.
Se quedó conmigo por la noche entera
temblando sus miedos y sus fantasías,
rezando cosas que yo ni sabía;
contándome cosas que ni recordaba.
Le di aquellos besos que necesitaba,
aparté los rizos de su cabellera
y tomé sus manos que ahora eran mías
para decirle, que por vez primera
no estábamos solos, que a mi me tenía
que el era yo niño y yo era él ya hombre
y que en ese instante, pasado y presente
compartían tiempos en una quimera
disfrutando ambos de la compañía.
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