Hoy amanecí contento
y en mis palabras a Dios siento,
hoy salio de mi pecho la tristeza
y ya no veo aquí en mi mesa
los panes agrios del dolor;
hoy desperté con fe, con alegría
Y doy gracias a Dios por este día,
por existir, por reír, por el momento;
por dejarme hallar en todo la belleza
y finalmente por llenar la cesta mía
con los frutos prodigiosos del amor.
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